Yo protegeré tu corazón, haré que brilles como un diamante, te amo tanto, mira en mi interior, verás que rebosa mi corazón de amor por ti.
Mira mi cuerpo que se estremece como brisa meciéndolo por ti, eres mi mundo, eres mi destino lo siento en el Universo, un hilo rojo nos ata. Me quemas por dentro como si un rayo me hubiese atravesado, es tu boca besando la mía, eres un río en mis venas que corre haciendo que mi cabeza se nuble, mi vientre se llene de deleite, bajando por mi ombligo llegando a mi pubis desnudo como el de una diosa del Olimpo.
La ventana llora, ríe y respira con nuestro placer en forma de vaho, la habitación llena del sudor del amor más carnal, enardecidos, bravos, chispean las estrellas en tus ojos como leopardo en celo.
Anémona en mi gruta llena de espuma brillante y blanca, mi piel rosa se incendia, se torna de un color rojo de lujuria, poesía culpable, sintiendo las palabras que describen los sentires, esta pasión que nos hace gritar.
La noche siguió con la cadencia de los segundos en el reloj... La perversión siguió instalada en la habitación.