POESÍA JAPONESA
Suspiros de envidia al ver la enorme montaña blanca, me siento pequeña olvidada en la memoria
En el Sacromonte bailando, está la gitana morena, ¡Mirándola! La luna llena; volantes revoloteando. A ella le dan una azucena,
En un momento me puso boca arriba,… Sus labios un manjar de dioses, su… Su cuerpo, junto al mío, lo más be… Amo a este hombre sin importar qué… Tú eres el amor, la pasión, la gan…
Ya no recibe un beso al despertar, él se va sin decir adiós. Hace tiempo que no es feliz, lágrimas caen al suelo, veinte años casados, diez desde que él una mañana fría se fue al trabaj...
¡Allí estaba el ataúd! Tenía que verme, saber que de verdad era yo. Me acerqué lentamente y, casi muero, si es que no estaba muerta ya, ¿Qué me han hecho? ¡Esa no era yo! Era una muñeca...
El cielo rojizo va entrando en el alma de mis deseos, recuerdos de ocasos de mar, de rayos de sol iluminando tú ruborizada mejilla.
Cálida y serena alumbra mi vida tu mirada con un beso en tu mano suspiras emocionada. Eres mujer enamorada
Máquina rosa bordaba las cortinas las flores miran Pagoda sola entre árboles y flores
La hierba se mece al más tierno compás de notas verdes. En la Toscana oye el swing del alma
Surge una sonrisa entre la niebla de la vida, que se va evaporando, dejando ver tus ojos antes silentes, ahora
Hay duelos que en silencio gritan, nostálgias que sollozan suspiros, amores que damos y se quedan tirados en el suelo. Los ojos salen de sus cuencas
Mi vida estando juntos me harás mis comiditas serás mi ama de casa. ¡pies no andan, vuelan! Hoy de peluquería
Al alba fresca besando las cerezas jugosa sangre.
Mis pies con diamantes brillan como las estrellas de noch… tu lengua pérfida lame, mis dedos tu mirada fija en la mía azul y miel estremecidos de placer…
Sin serlo niña presumes de ser rosa, y eres espinas. Tengo un penar dentro de mi alma rota,