POESÍA JAPONESA
En mi pecho una rosa carmesí me recuerda el amor que me tuviste en aquel otoño de 1940. Cierro los ojos me recreo en aquellos besos
El pétalo albo atrae a la polilla, besa su néctar. En el sendero vagando el lobo blanco,
Veo MI reflejo en su iris el amor sale de mis ojos y se mete en los suyos su boca se acerca a la mía besos fundidos
Se ven perseidas desde Sierra Nevada. La noche es fría. Desde la puerta oigo volar mosquitos.
El amor no se mide por cuantas veces te dice te amo, se mide en los destellos dorados de tu mirada. Y da igual que seamos tan diferent…
Un día te irás, mi alma partirás, y el día se volverá eclipse ya luz no habrá, sé que nunca volverás y tendré que olvidar.
La hembra pasea por Granada, el rumor del agua del Darro la acompaña en aquel camino, la luna la mira caminando. ¡El grito cómo sobresalta!
Hay un lugar que me mata, me rompe sin embargo, siempre estoy ahí. Un sitio perverso donde el dolor es el placer
Me late fuerte el pulso al contemplarte desnudo mi corazón está disparado solo con tocar tu boca ardo de amor y deseo.
Mí EPOC, Y YO Miré al médico. Sus ojos eran frí… Salí de allí, fui a mi cafetería f…
Hay gente que tiene el alma atada… que en sus ojos se puede leer la b… que cada palabra suya se transform… personas cuyo corazón es de crista… que sangra con tantas penas.
En primavera la flor dijo a la abeja: ¡Qué descarada! Robas mi dulce néctar, le contesto ella:
Hay noticias que te dejan noqueada, de pronto tu vida se da la vuelta, y el miedo se instala
Ya no recibe un beso al despertar, él se va sin decir adiós. Hace tiempo que no es feliz, lágrimas caen al suelo, veinte años casados, diez desde que él una mañana fría se fue al trabaj...
Flor del manzano entre el suave cielo índigo. Liba la abeja. Toman café en el otoñal patio.