EN SEVILLA
Vete tú corazón, no hay nada más doloroso
que tu ida.
El río Guadalquivir se ensombrece de pena,
al mirar el barco que te lleva.
Vete tú, que yo no puedo;
que la vida sin ti no es vida,
Claveles rojos adornan
las calles de Sevilla,
rojas las lágrimas que
orlan mis mejillas.
Vete tú amor,
que yo solo anhelo,
sentir el aliento de tu
boca en la mía,
que no puedo soltarte,
que mi mano sujeta
ilusiones vividas.
Vete tú amor, vete
yo lameré mis heridas,
las sanaré con romero
y sándalo envueltos
en la seda de mi alma
desnuda.
Anda, vete y no mires atrás,
yo me iré a Triana a pasear
este dolor entre la solera,
de esta Sevilla dentro de Sevilla.
Me sentiré mora, me sentiré gitana,
allí el dolor lo convierten en son de guitarras.
