POESÍA JAPONESA
Trenzas mi pelo con cadenas de pena, pendientes de coral, anuncian muerte cae suave una lágrima,
Noto tu aliento en la nuca, bajas por mi cuello siento el latir de mis arterias, tengo el deseo en mis labios y mis piernas temblando.
Abro los ojos siento el calor de tu cuerpo, me apoyo en la almohada y contemplo el mapa de tu cuerpo. Una oleada de ternura me envuelve
Supe que eres tú desde el primer momento en que te vi. Tú, mi amor eterno, lo sé, lo sentí, al
Amar es sentir la vida florecer en los latidos de tus sienes. Amar es consumirse en el ardor del fuego
Esa ventana ciérrala enseguida no deseo ver mis ojos gimiendo asomados al espejo, ya, ardiendo del dolor provocado por la vida. A oscuras mi corazón va latiendo
Caminando por las calles tuve un déjá vu, sentí que había estado allí. Mis pasos resuenan en el empedrado,
Hubo un crepúsculo morado que salió de mi ser, dicen que todo vuelve a ti, pero en esa tarde el ocaso jugó conmigo y me llevó
Él me quiso como se quiere el sol que sale cada día. Me amo por encima de todo, y lo hizo porque
Cayó el aguacero sobre mí, la lluvia besó mi cara, y pensé en un refrán de mi abuela: cuando los sapos saltan, anuncian… y, aquel sapo había saltado
Que sola está la noche hoy, es como si el mundo hubiese desaparecido. Camino lentamente, los tacones resuenan
Era una tarde de noviembre paseando por el Albaicín lo vi por última vez, me miró con sorpresa cerveza en la mano.
La felicidad será estar contigo. No sé cuándo. Será en el momento ideal... y será
Muérdeme el cuello dos colmillos albos se clavan en mí. Siento por mis venas caballos correr,
Dicen del Müki que es un Haiku expulsando la rigidez de 17 sílabas e inició “la forma libre Haiku”. (Rechazando el uso de los kigos, aunque puede tener kireji en el tercer verso como el...