Le caía encima una melancolía dulce, como una caricia leve, que le oprimía el corazón a veces.
Mira la luna como contempla la ciudad dormida mira como quita la pena; esa que a veces nos atrapa.
En la esfera celeste explotaron supernovas cuando mis piernas firmes se abrieron apoyando los pies en el suelo,
Te he repetido hasta quedarme sin voz que soy tuya, tuya por siempre. Créeme cuando te digo que nunca he amado
En la arena, lamiéndonos el mar la piel, sentí tus ganas revolcándose en mi cuerpo. Mis piernas te envolvían
En la cocina aroma a café fuerte, me seduce esta madrugada, se me escapan las miradas, para tocarte por dentro
¡Cómo voy a mirar tu bellísimo rostro, tu piel perfecta, que ni un lunar la desmerece! ¿Qué haré contigo, amor?
Vomito el dolor a voces, a lágrimas, a silencios a suspiros, a solas.
A piel descubierta me lanzo al vacío de tus brazos, besando el aroma bendito de tu boca. Acariciando tu piel
La vida que se transforma, se deforma entre calles empedradas con el dolor ajeno. Noches que se estrujan hasta la madrugada,
Aquel beso etéreo en el arrebol me despertó la memoria de tu piel en mí. Nos dijimos amor
Hay un hombre que a mí me ha vuelto loca un hombre que sabe darme lo mejor de sí mismo. Por qué hay hombres
Abro los ojos siento el calor de tu cuerpo, me apoyo en la almohada y contemplo el mapa de tu cuerpo. Una oleada de ternura me envuelve
Luna de sangre envuelve mi alma en ti sé mi amante nocturna. Soy tu astro oscuro besa con tu fulgor
Tomo té mirando la ventana, mientras la rutina me mata. No hay nada peor que ver que desde que te marchaste el mundo viaja,