Conocerte fue ver el sol dentro de mi pecho iluminando cada centímetro de mi corazón. Recuerdo tu pelo que mis manos deseaban amasar, acariciar
Cuando vuelvas ya no estaré me habré ido a algún lugar traspasando la frontera de la soledad.
Se me fue borrando tu mirada. Olvidé que un día hacerte el amor era como hacer un ocho mil.
Era una tarde de noviembre paseando por el Albaicín lo vi por última vez, me miró con sorpresa cerveza en la mano.
Engaño la mente escribiendo, mi voz se quiebra oigo pasar los coches, en uno de ellos vas tú, el corazón florece
Ahora me doy cuenta de que tengo consejos para todos, menos para mí. Quiero ser fuerte me gustaría intentarlo
Quizás sea que en tu limpia mirada y en ancestrales cantos se halle oculta, la salud de mi alma.
Vomito el dolor a voces, a lágrimas, a silencios a suspiros, a solas.
A veces conoces a alguien y pierdes tus miedos, eso me pasó contigo, vi tus ojos más bellos que el hermoso azul del mar
Muérdeme el cuello dos colmillos albos se clavan en mí. Siento por mis venas caballos correr,
Conmigo, no te equivoques, no creas que me tienes en la palma de la mano. Que tu mano no me sirve ni para acariciar mi boca
El cielo de Granada invita a las parejas a amarse bajo los naranjos. Bajo el cielo de Granada
Al anochecer en la Sabika están las estrellas relumbrantes en la colina de la Alhambra se leen mil leyendas. Amores imposibles
Amar es sentir la vida florecer en los latidos de tus sienes. Amar es consumirse en el ardor del fuego
Sentada en la cama en mi cuerpo la brisa otoñal hace que se erice; y que empiece a rememorar. Recuerdos de tabernas