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INCANDESCENCIA

 
Aquel beso etéreo
en el arrebol
me despertó la memoria
de tu piel en mí.
 
Nos dijimos amor
de boca a boca,
la vida fue de tu cuerpo
al mío.
Pensamientos incandescentes
nos envolvían.
 
Nos abraza aquel instante
llenando mis muslos
de dedos como enredaderas
trepando por mis piernas.
 
Y no es las ganas
de besarte hasta morir
es sentir pasión azul,
hasta que las llamas de la tarde
se apaguen.
 
Hace un día frío,
pero tú ardes;
frente a la chimenea
caemos en la alfombra,
besos de miel y canela,
de ardiente café.
 
Y desnuda me miraste
con el sabor de mí ser
aún en tu boca y me dijiste
eres iridiscente, brillas
como la más brillante estrella.
 
No pude ni quise evitar,
traerte hacía mí,
transida de pasión
mi mirada en tu mirada perdida,
me amaste, te amé.
 
Fuego arrasador
que nos lleva a la sensación
infinita de que será por siempre,
este amor en carne viva.
 
Soy hoja y tú lápiz
que escribe en mí
las más ardientes locuras.
 
Ahora debajo de ti
en la mullida alfombra
solo deseo que el tiempo se detenga.

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