La tarde dubitabunda, bostezante
vagabundea, entre fugaces muertes sin memoria,
deshasiéndose en aromas de albahaca
en la vasta desnudez de los sentidos,
Entre armonías perdidas,
trazos de silencio se convierten en palabras,
sutiles líneas de zafiro y amatista,
encadenadas a un mar de cicatrices inmunes
¡Oh dolor de ébano que ha perdido la memoria!
¡Teseo de regiones encantadas,
redime y desata la caricia que sonroja!.
Cuerpos se otoñan en arrebatos de sábanas violentas
bajo las delicias de un encaje de certezas
que disfrazados de ocasos, lucubran escapadas
entre crisis de plateados placeres.
Pasión de púrpura madura...
párpados de dunas sordas,
onírico mundo de sueño
entre el abismo de un aire melancólico.