“de la adorable juventud primera espiga de oro y prematura poma” Píndaro
#Camagüeyanos #Cubanos #SigloXX
Yo pienso, luego existo en mariposas, en silencio, en niña… en agua distraída que se asoma a l… Yo pienso, luego hago amapolas y pájaros y raíces de cie…
¿Y si llegaras tarde, cuando mi boca tenga sabor seco a cenizas, a tierras amargas? ¿Y si llegaras cuando
¿Por qué, María, no subes A los claustros celestiales? ¿Te quedas con los mortales Celadora de las nubes? En un coro de querubes
Ya sólo soy la sombra de tu ausenc… una oscura mitad que se acostumbra… dulce granada abierta en la penumb… madura a tu rigor. Sorda existenci… Desmayado vivir, ciega obediencia
Estarme aquí quieto, germen De la canción venidera —íntegro, virgen, futuro. Estarme dormido —íntimo— En tierno latir ausente
¿Adónde vas, Tardecita, tarde de curvas alegres, vestida de sol y brisa con anchos vuelos de música? ¿Adónde, adónde vas, Tarde?
Déjame tomar asiento En tu preciosa canoa Y poner al cielo proa Navegando por el viento. Muévame el Divino Aliento
Tierno glú—glú de la ele, ele espiral del glú—glú. El glorígloro aletear: palma, clarín, ola, abril... Tierno la—le—li—lo—lú,
¿Eres el que lloroso encanecía príncipe de la pluma esplendorosa, que si no el don perfecto de la ro… tienes don de profética elegía? Levantas tu escarpada melodía
En medio de las sombras yo te he a… ¡Oh! Señor del callado y del doli… mi fe no te disfruta, te presiente y en mi dolor te miro retratado. Dentro de la ceniza te he encontra…
María Belén, María Belén, María… María Belén Chacón, María Belén… con tus nalgas en vaivén, de Camagüey a Santiago, de Santia… En el cielo de la rumba,
Calabó y bambú Bambú y calabó El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú. La Gran Cocoroca dice: to-co-tó. Es el sol de hierro que arde en T…
¿Cómo te llamas, noche de esta noc… Dime tu nombre. Déjame tu santo y seña para que yo te reconozca siempre
Con los colores del Quiero en la inquietud—pentagrama— una escala me improviso: do re mi fa sol la si... Y con la unidad del Sí
Caiga el polvo habitual de la mira… la sombra veladora de las cosas, y desvestidas quédense las rosas y desnuda la voz enamorada de un arpa con las cuerdas de diam…