Hay gestos que no llegan al idioma… miradas que se quedan a vivir en el borde de un saludo. Te veo a veces, como quien roza un libro cerrado,
Eras brisa en una estancia quieta, luz filtrándose entre los días, una ausencia que nunca faltó, la presencia que nunca pesó. Hablabas sin hablar,
ajena desgraciadamente ajena a mi pesar reivindico el derecho de poder desearte
No son tus ojos es tu mirada tan profunda e intensa que me desarma me deja vulnerable
quedate callada que el silencio alumbre la oscuridad futura usa tu silencio tu mejor arma
Existir es un susurro, un leve aliento entre dos vacíos. Ser, tal vez, es solo una sombra que se niega a desaparecer,
Piedra cipreses tañir de tus campanas sed de silencio
hoy me pierde tu nivea belleza silenciosa, discreta frágil silueta que llenas el espacio
Un lazo oscuro, como un pensamiento que no dijo. Sus manos, dos aves quietas sobre el regazo del tiempo. El vestido, un susurro de agua,
El amor se rompió, pero la herida sigue buscando un cuerpo donde anidar. II. Te amé como quien ama el fuego,
Las nubes pasan inundan de nostalgia mis pensamientos
Una vez me sonrió como si todo fuera posible. Y yo me fui, como si no.
Sigo pensando en ti haces que mis minutos sean más cortos que el sol aún brille más y que el frio
Sunrises, sunsets mountains and plains lakes glaciers great walls
Don José María, benditu seiga, que bajasti del cielu en alforjas… como l’aire claro que baja a la je… cuando el sol d’eneru dora la tier… Vinisti callandu, con traje sencil…