Manantiales del agua ya perenne, profunda vida abierta en tus ojos. Convive en ti la tierra Poblada, su verdad
Una paloma al volar su dorado pico abría; todos dicen que me hablaba, pero yo no le entendía. Dame las alas, paloma,
El sol estalla: se derrumba a refrescarse en tu alegría. Revientan olas de tu pecho. Yo me baño en tu risa.
Querida: Qué bien nadas, sin nada que te vista, en las aguas heladas del cálculo egoísta.
Acata la hermosura y ríndete, corazón duro. Acata la verdad y endurécete
Qué difícil es coordinar una mano como una aureola de santo en la cabeza y otra en un plano perpendicular
Háblame de las calles y de la nochería submarina, que mece allá abajo su cielo. Y el firmamento aquel
El vio pasar por ella sus fantasma… Ella se estremeció de ver en él su… Él no quería perseguir sus fantasm… Ella quería creer en sus fantasmas… Montó en ella, corrió tras sus fan…
Navegar, navegar. Ir es encontrar. Todo ha nacido a ver. Todo está por llegar.
La muerte lleva el mundo a su moli… Aspas de sol entre los nubarrones hacían el campo insólito, presagiaban el fin del mundo. Giraban margaritas
Vengo al aire, del agua, más liger… a reanudar la que se rememora. Saco el pecho en el tiempo. ¿Ves… los cuerpos de esta falsa primaver… ¡Qué pretensión de paraíso fuera
Así surges del agua, clarísima, y tus largos cabellos son del mar… y los vientos te empujan, las olas… como el amanecer, por olas, serení…
Hora extraña. No es el fin del mundo sino el atardecer. La realidad, torre de Pisa,
¿Dónde está el alma? Tus mejillas anidan pensativas. ¿Dónde está el alma? Tus manos ponen atención. ¿Dónde está el alma?
¡Qué extraño es lo mismo! Descubrir lo mismo. Llegar a lo mismo. ¡Cielos de lo mismo! Perderse en lo mismo.