Suspira y falta el aire,
sobredosis dopaminérgica.
Podría morir ahí mismo,
sí sí, en el abismo que inunda tus ojos,
en las ventanas tibias de tu cuerpo,
o en la tristeza que recorre lento
tus historias.
Podría pasar todas las horas que me quedan
observándote.
Ruego vida después,
que acá me queda corto
para aprovecharte.
Gabriela Quenard Nemitz