#EscritoresMexicanos
Encima de la vida, inaccesible, Negro en los altos hornos y blanco… Y amarillo en las hojas supérstite… Para fumarlo a sorbos lentos de co… Para esculpir sus monstruos en las…
Ni pretendió empañarlo con decirlo Esa cuchillada infamante Que me dejaron en el rostro Oraciones hipócritas y lujurias bi… Que me rodeaban por todos los muel…
Todos los días 4 son domingos Porque los Owen nacen ese día, Cuando Él, pues descansa, no vigil… Y huyen de sed en sed por su delir… Y, además, que ha de ser martes el…
Aquel rostro, aquel libro, aquel p… Y todo el iris y yo mismo, todo, Todo en tu agua sedienta De imágenes. Te saludan los pájaros, las cosas
Me acerco a las prudentes Islas V… Abeja (la canela y el sándalo, el… Y otras, las rubias, el añil y el… Pero son demasiado cautas para mi… Y me huyen, fingiéndose ballenas.
Todavía mis ojos, por tus ojos, En tu alma, como el día del encuen… Que el amor, como siempre, nos pre… Pero ya nunca lo nombraremos. Mejor la insensatez de nuestra efí…
Tierra que la guarda ahora —Montoncito de tierra Y un poco de savia en los árboles—… Ramas sin marzo, sin viento, Metálicas, más de luna
Por el amor de una nube De blanda piel me perdí Duermo encadenado al cielo Sin voz sin nombre sin ser Sin ser voz suena mi nombre
¡Qué bosque –cómo oprime– tan oscu… Ganas de sacudir los árboles Para que caiga aquella luz Que se quedó enredada Entre las ramas últimas.
Espera, octubre. No hables, voz. Abril disuelve ap… La piel de las estatuas en espuma, Aún canta en flor el árbol de las… Y ya tu augurio a ras del mar, tu…
Niño Abril me escribió de un pueb… Por completo silvestre, por comple… Pero yo con mi sombra estaba Haciendo sube y baja En balanza de aire, a la ventana,
Me quedo en tus pupilas, sin convi… Adentro todos trenzan sus efímeros… Yo solo afuera, y sin amor, mas pr… Yo, mozo de cordel, con mi lamento… Yo, nuevo triste, yo, nuevo románt…
Por senderos de hienas se sale de… Si se supo ser hiena, Si se supo vivir de los despojos De la esposa llorada más por los f… Poeta viudo de la poesía,
Ya no va a dolerme el mar, Porque conocí la fuente. ¡Qué dura herida la de su frescura Sobre la brasa de mi frente! Como a la mano hecha a los espinos
La noche, que me espía por el ojo De la cerradura del sueño, Gotea estrellas de ruidos inconexo… ¿Para qué este hilo de aire con ec… Ya ningún lápiz raya mi memoria