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Breviario 31 a 40

Sucesión de instantes inconclusos, sin delimitar...

31
La plenitud colmada de tu imagen en mi edén,
son tus labios los que me rozan,
tu voz la que llama mi nombre,
tu sonrisa la que rodea cada instante en el que vuelvo a respirar,
eres tu todo lo que toco,
estás en mí, enseñándome a soñar...

32
Lo que yo te diga una vez me haya ido será lo que tu mente refleje en un vilo.
Lo que me dijiste ya lo olvidé. Quedan los reflejos desvaídos en los espejos de las expectativas y las falsas sensaciones.
Pero las emociones, las dulces y las amargas, esas quedan en nuestros pozos.
Hasta que vuelva a llover y el agua aclare o envenene nuestro saber estar, según el éter de los aires que engloban nuestra bondad.

33
Sonrisa en la esquina, voz queda al girar. Gesto de una mano casual. Y por más que lo intento, no te logro ver marchar. Te alejas, entrando en mi vida, con voz clara, sonrisa amplia y las manos abiertas.
Eres, mujer, lo que quiero encontrar al despertar.

34
Mi alma atormentada por un amor espanto, que sabe brillar bajo el sol, se ha encerrado en una botella de cristal verde oscuro, grueso, preparado para resistir y adormecer los cantos golpeados de mi ser.
Reboto contra las paredes circulares y me voy fundiendo con el cristal. Rastros rojo sangre van quedando desde los choques continuos de mi alma-cuerpo mortal. Perfumaré de tristeza y resignación, haciendo un poso dulce bendito, el bebedizo que de sus bordes vas a tomar.

35
Me pides alimento, te digo que ahora no. Te acaricio, te miro a los ojos, te dejo olerme, entro en tu interior. Y comprendo lo solos que estamos y lo que es la incomunicación. ¡Que no haría yo porque me entendieses gato mío!

36
Miradas cómplices tuyas entrelazadas con mi rubor. Latidos acompasados y entregados, melodías canturreadas a una sola voz. Y sin embargo, no es suficiente para salvaguardar un verdadero amor. ¿Acaso hay algo que pueda preservarnos juntos a nosotros dos?

37
Ni una lágrima más derramada. No hay por qué llorar. Ni una tristeza más ensombreciendo sonrisas, ni alcanzando la nada en la que no estás. De tus ausencias está hecha mi piel. Siempre supe su color, su tacto, su frialdad. ¡Hace tantos soles naranjas que decidí continuar...!

38
La belleza nació cuando descubriste tu desnudez,
la dulzura se enreda en tus cabellos que sólo saben crecer,
y tus labios dibujan los confines del infinito en el que puedo yacer para esperarte,
estaré hasta que tu estés.

39
Como gotas de agua que descansan en el estanque,
están mis emociones, aguardando cautas tu vaivén.
Nos mecemos al ritmo de la luz
sobre los pétalos de las flores al atardecer.
El rocío cubre generoso los enveses
que se saben querer.
Y los cantos de nuestras voces,
acordes en paz para la imagen...
Idilio natural que puede en cualquier momento
transmutarse, evaporarse y echar a volar.

40
Puedo cuidarte hasta desfallecer,
velaré tu sueño y te envolveré,
la manta de mis calideces para tí será...
Ríe y disfruta, que la vida es corta
y la mía durará lo que la tuya suspire,
no pido más.

Piaciuto o affrontato da...
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