Soledad adherida a mis poros
bloqueando las lágrimas de la piel,
evaporando mis ganas de creer...

Aires fríos y secos sobre mis ojos,
soles oscuros y densos cegándome.
Miedo cerval que inunda mi ser.

Aislada de cada compañero del camino
que estuvo un rato conmigo.
¡Que mal llevo sus ausencias!

Ahogo áspero por las despedidas que no se convirtieron en miradas eternas.
Presión en el pecho por las palabras que me alejaban en cada una de ellas.
Temor de no volver a olvidar mi esencia triste gracias a las sonrisas en los ojos de otros.

Mi soledad está hecha de los silencios que callaron anhelos, de los sueños abandonados por cobardía y de los tiempos fríos que no se cubrieron de abrazos. Mi soledad está hecha de los desencuentros que reinaron en esos momentos en los que más nos necesitábamos.

Liam Young. A raíz de la visita a la exposición en Fundación Telefónica de Young, en Madrid.

Premisas:

El mundo actual es el resultado de las decisiones tomadas desde criterios basados en la economía más que en la ecología, la demografía racional o el bienestar de las personas.
Se puede proyectar a un nuevo mundo en el que los criterios básicos para las tomas de decisiones sean los mismos, pero con las consecuencias en nuestras vidas de los adelantos tecnológicos. Lo cierto es que continuaríamos haciendo las mismas cosas... porque nuestras búsquedas íntimas más primarias siguen siendo las mismas que han estado allí, desde hace cientos de miles de años. Por eso, adquieren sentido esos amores entre jóvenes que se comunican con drones para burlar los sistemas de vigilancia que recluyen a las personas en sus viviendas. O los jóvenes que son compañeros de trabajo en una fábrica, que apenas se comunican, pero se las arreglan para pasarse un papel en el que tienen las coordenadas donde ir a alejarse de los sistemas de control y reconocimiento de personas, retirándose así a lugares naturales, fuera de los controles, en los que juntos disfrutan de la música y del bailar. Esa danza, bajo trajes que desvían las señales que permiten la identificación, lleva siendo una forma muy nuestra de expresión durante toda nuestra vida como especie. Y me pregunto, ¿bailan otros animales?  ¿Recordamos los rituales de cortejo de los pájaros? ¿No tiene cada pueblo que ha existido sobre la tierra su danza ritual, para las más variadas ceremonias?

Imaginar mundos y elaborarlos y presentarlos en vídeo, como hace Young, nos permite soñar con algo más. Ya no sólo crecer según los intereses económicos y los acuerdos urbanísticos precarios. Sino ahora, imaginar futuros posibles, escoger los mejores escenarios y encontrar caminos para alcanzar un crecimiento ordenado y más racional, en el que la vida en el planeta se preserve, quizás en ese medio planeta del que nos habló E. O. Wilson, demostrando nuestra inteligencia al “conquistar el terreno”, aportando sensatez y sostenibilidad al Antropoceno.

Loneliness adhered to my pores
blocking tears from the skin,
evaporating my desire to believe...
Cold and dry winds on my eyes,
dark and dense suns blinding me.
Cerval fear that floods my being.

Isolated from every companion on the road
who was with me for a while.
How bad I take their absences!

Rough drowning by the farewells that did not turn into eternal looks. Pressure in my chest from the words that pushed me away in each one of them.
Fear of not forgetting my sad essence again thanks to the smiles in the eyes of others.

My loneliness is made of the silences that silenced longings,
of the dreams abandoned by cowardice
and of the cold times that were not covered with hugs.
My loneliness is made of the misunderstandings that reigned in those moments when we needed each other the most.