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Raquel 1: Trece meses atrás/Thirteen months earlier

Recomendación: Leer a Raquel en orden...

 
Los sauces saben llorar,
y entristecidos, de a gotas, celebran,
como sólo ellos pueden,
la aceptación de nuestro final.
Mis piernas, juncos cruzados,
mi alma entregada,
enraizada en este banco de parque,
mientras el “nosotros”,
que flotaba omnipresente,
se desdibuja en todo lugar.
¿Quién puede atar con cerrojo los destinos entrelazados de quienes no quieren amar?
Serena cascada cristalina de verdades,
me bañas con la dulce y tibia,
de leche y miel, certeza,
¡Encontraré paz!
Sé que buscas otras bocas, otros pechos, otras manos, otra piel...
Sé que ya no estoy en tus rutas ni en tu ser...
¡No se altera el camino que espero recorrer!
Así que aquí, mirando al frente, callada,
convertida en laguna de soledad serena,
lato y respiro con dulce compás.
El sauce calma mis aguas lentas,
con pausa y serenidad.
¿Qué hay por delante?
Un horizonte lúcido y limpio,
posibles sendas abiertas...
Y diviso un norte claro,
disfruto el brillo del sol sobre mi ser,
respiro brumas,
la niebla me da libertad,
y con un solo grito de mi interior despuntan las ganas,
¡Vivir, vivir todo lo que pueda... y más!
Es la única opción posible para las ansias que rebosan en mí...
Mágicas son las lágrimas secas,
que rodando inquietas
cubren las ocultas grietas
de un interior que aprendió a perder.
Miradas extraviadas confían en el tiempo,
sanador de heridas,
en el regocijo de poder soñar
con gemas polícromas, frágiles,
cuya distorsión de la realidad
alterará del futuro el abismo entre el querer y el poder.
Es mirar a través de las piedras y revolotear las ideas,
danzando sueños,
fortaleciendo las ganas de luchar.
Amatistas, peridotos, lapislázulis, cuarzos rosas, jades, piedras luna y más.
Hay suficientes para decorar una vida entera
y ser como ellas,
puras, claras,
con luces que se incrustan en geométricas fracciones,
brillos y colores únicos,
realidades que no se podrán alterar.
¡Destellando verdades que no podrás olvidar!
La sonrisa rota,
mis ojos vivos,
el alma templada,
y la piel preparada para sentir y sentir y sentir.
Mis latidos cantan lo que he luchado
y lo que he podido vivir.
Al final de estos tres años,
corresponde que yo me sea fiel.
Sin resentimientos ni miedos que pretendan quebrarme.
¡Espero tanto más de la vida!
Ya situada en este frente de batalla,
sólo me queda luchar.
Quince años tenía yo cuando mis labios te aprendieron,
cuando encendí mi piel con tu piel.
Quince años cuando toqué el cielo,
cuando descubrí en tu roce lo hermoso de ser...
Inmersa desde entonces en tus abiertos e inmensos pozos,
en las sensaciones que estallaron mis rincones,
en el danzar envuelta en placer...
¡Despertaste mi piel a trompicones!
El dolor de esta ruptura pulirá las mil aristas
de las gemas que me sustentan,
aclarando mis impurezas.
Me transformará en una única pieza, brillante y clara,
resquebrajada y entera a la vez.
Seré del color que en el espejo desee ver.

Piaciuto o affrontato da...
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