Estrella de la tarde silenciosa, luz apacible y pura de esperanza y amor, salud te digo… En el mar de Occidente ya reposa la vasta frente el sol, y tú en la…
Hipócrita, perjuro, despiadado, Sin ninguna virtud que amar le hic… Bañose en sangre y con delicia vie… La muerte y el terror siempre a su… A Venezuela mísera ensañado
Dulce hermosura, de los cielos hij… don que los dioses a la tierra hic… oye benigna de mi tierno labio cántico puro. La grata risa de tu linda boca
¡Qué! ¡De las ondas el hervor ins… Mece por fin mi lecho estremecido! ¡Otra vez en el Mar!... Dulce a m… Es tu solemne música, Oceano. ¡Oh! ¡cuántas veces en ardientes s…
Si es dulce ver en el glorioso est… Ceñida el alba de purpúreas flores… Y entre blancas arenas y verdores Con manso curso deslizarse el río; Si es dulce al inocente pecho mío
¿A Minerva te consagras? Perdone Amor tu imprudencia: Advierte que tanta ciencia No es propia de la beldad. No: tu sencillez conserva,
Cuando angustiado gimo En esta ausencia impía, Escucha, amada mía, La voz de mi dolor. Y cuando aquestos versos
Desde el suelo fatal de su destier… Tu triste amigo, Emilia deliciosa… Te dirige su voz; su voz que un dí… En los campos de Cuba floreciente… Virtud, amor y plácida esperanza
Si la pálida muerte se aplacara Con que yo mis riquezas le ofrecie… Si el oro y plata para sí quisiera… Y a mí la dulce vida me dejara; ¡Con cuánto ardor entonces me afan…
¡Libertador! Si de mi libre lira Jamás el eco fiero Al crimen halagó ni a los tiranos, Escucha su himno de loor que inspi… Ferviente admiración. Alto, sever…
Al clavar de los dardos inflamados Y agitación frenética del toro, La multitud atónita se embebe, Como en el circo la romana plebe Atenta reprobaba o aplaudía
Manes sacros, alzad de las tumbas, Y atended a mi fúnebre canto, Atendedle, y al férvido llanto En que el rostro me siento inundar… Y con faz menos triste y severa
En los yermos del mar, donde habit… Alza ¡oh Musa! tu voz elocuente: Lo infinito circunda tu frente, Lo infinito sostiene tus pies. Ven: al bronco rugir de las ondas
Vuelve a mis brazos, deliciosa lir… en que de la beldad y los amores el hechizo canté. Sobrado tiempo de angustias y dolores el eco flébil fuera
¿Qué tristeza profunda, qué vacío siente mi pecho? En vano corro la margen del callado río que la celeste Lola al campo se partió. Mi dulce amiga…