Ya empiezas a dorar, octubre mío, con las cimas del huerto, ésas —di… del pensamiento a cuyas frondas fí… la sombra de mis últimos instantes… Corazón y jardín tuvieron, antes,

Si das un paso más te quedas sola.… En el umbral de un tiempo que no es el tuyo aún y no es ya e… Sobre el primer peldaño de una escalera rápida que nadie

Palabra musical y enternecida, sonrisa de la luz entre las lágrim… eso, mi poesía... ¡Y —más alto—tu alma!

Colmena de la tarde, diálogo del v… la palabra es abeja, pero el silen…

Nunca me cansará mi oficio de homb… Hombre he sido y seré mientras exi… Hombre no más: proyecto entre proy… boca sedienta al cántaro adherida, pies inseguros sobre el polvo ardi…

Mujer mirada en el espejo umbrío del baño que entre pausas te prese… con sólo detenerte, una tormenta de colores aplacas en el río... Sales al fin, con el escalofrío

Casa iluminada. Estrella de lejos; de cerca, posada.

¡Espejo, calla! Y tú, que en el f… recuerdo el filo de la voz bisela, eco, responde sin palabra. Y vela porque en tu ausencia al menos est… Del mármol con que el ocio me enca…

En primavera da flor el clavel. Pero ¿en qué tiempo da dicha el am… En el recuerdo... En primavera da aroma el rosal. Pero ¿en qué tiempo da fuerza el d…

Principia, pues, aquí, tu obra fut… Noche, y con lengua libre de falac… explícame la edad, el sol, la acac… el río, el viento, el musgo, la es… De los colores adjetivos cura

México está en mis canciones, México dulce y cruel, que acendra los corazones en finas gotas de miel. Lo tuve siempre presente

Para saber la hora no consultes relojes, sino espejos… Porque el tiempo mejor pasa en ti…

La primavera de la aldea bajó esta tarde a la ciudad, con su cara de niña fea y su vestido de percal. Traía nidos en las manos

Enterrado vivo en un infinito dédalo de espejos, me oigo, me sigo, me busco en el liso

Ramo del corazón, el que se hace sólo una vez. El que se da, sin ve… No sería bastante todo el abril de… para hacerlo de nuevo.