Noto tu seriedad aquella,
miro que no escatimas
cuando te das a la tarea
de sacarme una sonrisa.
Blandes tus semblantes
que hacen que me ablande,
a veces tirito cuando me ves
y no es alarde, mi centro arde.
Contigo cerca me contagio
de un vértigo que repito
es cordura y es delirio
entre púrpura de lirios.