Qué sencillo llenar tus vacíos con personas y vicios, despropósito el mío necesitar tu corazón conquistar cuando ese vacío yo ya no alimento, fuego lento el que arde en mi interior, poco a poco descendiendo y aludiendo que estaré en un lugar mejor, uno donde mi paz mental sea prioridad y aquella persona que amo esté más alineada con mis cualidades, pues ya no encajo en tus brazos, me quedan pequeños y me aprietan cuando me sostienes, aunque decías quererme tanto, parece que lo olvidaste de pronto ante una mínima adversidad, mismos patrones y mismas heridas. Dentro hay más que observar.

Ahora entiendo que no estabas conmigo por todo lo que me dijiste que me amabas, y claramente no me amabas como dijiste, solo eran cuentos para hacerlo parecer real y recíproco, pero lo tuyo fue siempre necesidad, puedo ver a través de tus ojos y sé reconocer aquellas antiguas mañas que tenías, simplemente no puedes engañar a un viejo lobo, pues trucos me los sé todos hasta el de vestirse de oveja para parecer bobo.

Un clavo saca otro clavo
Tú volviste a llenar tu vacío
Te advierto que yo soy martillo
Pues no sustituyo, destruyo
y desde el caos construyo.

Soy dualidad en balance
Bien y mal a mi alcance
Mi talento descifra disfraces,
De las mentiras me aleja
Y desde escombros renace.

Decías que no querías que mi imagen se rompiera con nada y fuera eterna...
Lástima que lo nuestro era tan frágil como el cristal, pues no era real ya que solo llenaba nuestros vacíos y en cuánto encontraste alguien más que los cubriera, se vio la verdad.

Qué pena siento ahora que me doy cuenta que no era lo que decías, solo palabras vacías impulsadas por el miedo a perderme y yo creyendo que la conexión era única y genuina.
Sin más, comienzo a remar en otra dirección en búsqueda de aquel lugar en el que pueda encontrar paz.