Preludio
En la línea del atardecer se dibuja un pájaro vivo sobre el lomo de una casa.
Los animales viven sin fe y viven.
Los niños lanzan esferas brillantes en la tierra, el perro oculta ladridos y huesos en los patios de la gente muerta y las mundiales hojas de los árboles se ven arrugadas formando continentes entre las ramas erotizadas que nacen de su vientre de savia como semen.
Yo he venido a vivir aquí, a la cima del mundo, para que todos escuchen mi voz que perpetra
pájaros
y
juegos
y
perros
y
árboles
que no existen
aún.

1
Soy el profeta del Novísimo Testamento
multiverso revelado /incomprendido /padrenuestro cuántico:
Los objetos en el espejo están más cerca de lo que parecen.

Pensamiento complejo.
Nosotros,
los hombres del Emperador Amarillo declaramos
ser vistos por alguien más.

Vivimos /vibramos /volvemos.

Misterio.
La segunda venida de Cristo está más cerca de lo que parece.
La segunda venida de Cristo vive en el espejo.

Los objetos se ven lejos y entonces:
lo amado no se puede abrazar,
lo odiado no se puede cambiar.

Soy el profeta del Novísimo Testamento.
El que desató la guerra y acordó la tregua con Lucifer,
el que proclama el sublime misterio de La Envidia,
el que diseña el orgullo convexo de las Revelaciones.

2
El poste de tendido eléctrico se aleja al costado de la carretera
y engrosa el terral al tiempo de la marcha.
El momento es propicio para los cerros que quedan varados.
Con buen aire,
se les cumple el favorcito
que otro les escuche y se resuelva el misterio del conocimiento de todos los mitos.

En esa circunstancia, entre poste y poste,
la piedra de mar
el erizo y la estrella surgen bajo el color ceniza y las bolsas de basura.
No son inocentes, no comparten su reino con los nematelmintos,
sin embargo se mimetizan a la misma velocidad,
caída muerta de la tierra libre sobre los cuerpos.

El perro negro acostado es solo un recuerdo
de lo que alguna vez ocurrió sobre esta sequedad
y se aleja hacia la oscuridad con todo y la palabra perro,
una visión sin dueño ni collar.

3
Recuerdo que bebimos tanto en los dorados manicomios
que agradecí al alcohol elemental que nos limpió de absenta y mezcalina.
Así, cual sinceros y sencillos dipsómanos, volvimos a humedecer los ojos
y brillamos en la estelar forma de nuestro lenguaje.
Observamos la autopoiesis de una concha de nautilus
en la hermosa espiral logarítmica
que consagra el número áureo,
es la estructura disipativa en botón
que se invoca en cada barbarie, en cada nacimiento.

Las varas de metal enderezan el destino
hasta dejarlo perfectamente hiperbólico.

4
Tenías el corazón cubierto de ángulos ranurados por los cuatro costados,
atorado en una jaula asimétrica y perfecta, válvulas arriba, intentando vivir,
exhibías en tus escaparates todas las miserias de la guerra y el amor,
residuos oscilantes entre:
sangre          valor
     y
cobardía         sangre

Me gusta ver las figuras del humo en la noche sin viento
mientras las nubes arden de smog y desechos de luces
que revientan como imposibles fuegos eléctricos.

A esta mañana le falta el sabor de mi madre
sobre las arenas de la playa abandonada y cenicienta,
el pan con saltadito de carne y café pasado,
pero ella, en la soledad del hombre justo,
bajo su manto sagrado, aquí me dejó.

Mi padre promete sostener en su mano
una cosa especialmente quebradiza y húmeda que me pertenece,
en cambio, hace malabares con la cabeza de Juan, El Bautista.

Tú que hablabas en lenguas,
tú que curabas el cáncer,
tú que desterrabas demonios,
¿qué harás ahora que todo está más cerca de lo que parece?