Pienso recuperar el beso que me robaste.
Ese beso seco, repentino y, en pensamientos de adolescente, especial. Ese chasqueo de mili segundos, de encontrados sentimientos y de una explosión de emociones.
Pienso recuperar ésa inocencia que te llevaste.
Pienso, y planeo, cada segundo de mi venganza. Pienso estrujarte el doble, y hostigarte con el sabor de mi saliva, como tú lo hicieras en ese instante.
Con mis manos sobre tus pies, devolverte cada cosquilla y roce que sentí, incluido los nervios que provocabas en el estómago, en mis piernas y mi cuello.
Pienso recuperar cada latido que te di.
Cada aliento ahogado, acompañado de cada mentira piadosa, será vengado. Ésta será buscada por mi ansiosa lengua y por mis despiadadas letras.
Cuídate, porque pienso recuperar el amor que te di, que te llevaste y no devolviste.