No hay talismanes, brebajes, ni rezos ciertos y puros a tu merced, pero tu mirada: esos ojos invocan el mar.
Metían tu cadáver por el patio, la puerta principal de tu casa, los vecinos estaban en sus terrazas consternados, abatidos por la ausencia que estremecía el ataúd y unos clamaban por tu...
Me contempla incesante, plácida, reduciendo mi coraje a un pánico b… retumbante, un patético sentimient… cuyo ser me entumecía, solía ser cuán destello del cosmos abraza el…
Tu boca me recuerda al pasado, y ahora te veo llegando implacablemente amoroso con palabras vacías y un grito sordo
Alabada sea tu carne vestida de de… templo sagrado y constelado. Santuario cubierto de profanación por mis manos afanadas e incutas. Alabada sea tu carne sacra,