A Luis Buñuel
#Asesinados #Españoles #Generación27 #GuerraCivilEspañola #PoesíaDePerfil (1925)
Embadúrnate el cuerpo, de oscuridad y de silencio, y podrás levantar la copa de los sueños.
Álamos negros junto al arroyo fresco. Álamos blancos junto al arroyo claro. Álamos blancos
En medio de este hueco redondo y t… que me persigue siempre a través d… retumban los hachazos que separan… brotadas en el tronco de mármol pa… por el humo de pólvora y la luz de…
De todos los horizontes brotaron poemas nuevos, que vinieron a juntarse en la Rosa de los Vientos, y cada poema trajo
Este brazo de fuego quemaba mi costado recubierto de brotes plenos de savia verde cuando tu cabellera
Mi cabeza inclinada sobre el aire miraba su cabeza hecha amor por mi… cuando de sus cabellos saltaban las abejas para dejar su… en los labios resecos y sin espera…
Los árboles negros, cruzan sus ramas, pidiendo un poco de agua.
Un viento inesperado hizo vibrar l… y nuestros labios eran de cristal… empapados en sangre dejada por los… de las bocas perdidas en medio de… El fuego calcinaba nuestros labios…
Porque siempre esté la puerta abie… y sólo esperen ver siluetas. Porque la luz camine desnuda y la vistan de sombras mudas. Porque lleva la mar en su frente
Hundido entre juncales, eludí la pasión de la mujer sin carne. Eludí la pasión, dentro de mi ramaje
Cuerda de guitarra que se rompe al templarla. La punta de la flecha fue untada
Quedó la noche vacía y no obstante estaba llena de siluetas y misterios. Fuimos palpando en su frente todos nuestros pensamientos.
Aceituneros del pío–pío, muertos de hambre y muertos de frío. El zagalejo encarnado, ciñe tu cuerpo arrecido.
Vuela mi corazón unido con los pájaros y deja entre los árboles un invisible rastro de alegría y de sangre.