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A la luna

ODA

 
¡Oh! luna: deidad qe. el ser supremo
Sustenta a par del sol, de cuya frente
Nase tu Iuz de paz, cuando al estremo
Del ocaso profundo
Ledo parte; ya el mundo
Tu sola tennidad llena clemente
De inefable placer, y el alma mia
Pr. tu regia mansion su canto embia
Ora tus grasias todas a mis ojos
Brillan, de amenidad y de belleza
Vivificando grata los manojos
De las distintas flores
Con qe. en fragantes olores
Con tu influjo bertió naturaleza
Cuyos pensiles inter bien declinas
Embazaman la esfera qe. iluminas
Así siempre de Cuba al venturo
Climas derrames tu candor divino,
Y en pura calma y en perene gozo
Desde el dulse Almendares
Te sigan los cantares
De la paz, del amor, y buen destino
Qe. ofrese al Bardo qe. sus linfas besa
Virtud, inspirasion,. y fortaleza.
Cuantas tranquilas noches esquivando
El sueño, te admiré; bajo algun sause
La pensativa frente reclinando
Belaba a tus reflejos, .
Y ollendo desde lejos
El espumante hervir del ondo cause
Do fragoroso Agusti despeñaba
¿No fue allí tu deidad quien me inspiraba?
Benefica impresion yo te saludo
Pr. cuanto se dilata la corriente
Qe. llebó con mi edad el tiempo mudo
Bolaron los floridos
Años qe. ya perdidos
En vano busco con tu luz presente
Mas ¡hay! de tus mismos movimientos
Renasen mis pasados pensamientos
Contemplandote alli mi mente inculta
Osó jusgarte sentro indivisible
De otro mundo, quizá donde se oculta
Bajo profundo arcáno
De este genero humano
Otra espesie tan pura cual sensible
Cuya sabiduria luminosa
En la esensia inmortal de Dios se gosa
No beran fuerte y elebado muro
Donde la fuerza ostenta su hufanía,
Ni quien proboque a lid marchando impuro
Ante el .cañon violento,
Mortifero instrumento
Qe. la guerra abortó con saña impia
Ni el torrente fatal de armas lusientes:
Triste debastasion de los vivientes.
Vida, paz eternal, gratas masiones,
De bien abenturados cuyos ojos
Divinos climas ben; no abran pasiones
A qe. el alma sucumba
Ni temerá en la tumba
De fugases placeres los despojos
Tremula abandonar con cuanto quiere
Pr. qe. el genio del mal allí no hiere
(Tal yo desia; pero en mi bobiendo
No allé en tu mangnitud la patria digna
De la prole de Adan, esta corriendo
Los campos de la tierra
Su corta vida ensierra
Donde infalible el cielo la destina
O a baratros profundos condenada
O al reino del señor pr. siempre alsada
Que han sido ya donde se undieron
Las delisias de Eden, la ermosa .exena
De paz y de ignosensias qe. fueron
A perfecion creados
Y a la vida llamados
A quel felice par de quienes llena
La tierra con diversas produsiones
De tantas cartas pueblan sus regiones.
Palida, temblorosa y tristesida
Desde lo alto del inmenso cielo
Visteis del primer hombre la caida
Ya miserable humano;
Allí sensible en vano
Por no mirar al dolorido suelo
bigor a su ocaso el sol se undía
Y tu luz a su falta susedia
Si: el eco omnipotente en sus destinos
El fallo pronunció... el Eden arde
Y acosado de ardientes querubines
Todo pabor derrama
Y en llanto Adan esclama
Clemensia ¡Oh Dios!... mas ya fue tarde
Serrose el paso a su venigna suerte
Y abrieronse las puertas de la muerte
Entonses ¡Ay dolor!... del misterioso
Caos de adversidad al fin salieron
Todas las causas de inestab1e gozo
Y en ora mal hadada
Cual plaga infortunada
Al mundo con el hombre dessendieron
Dó asta al ultimo aran fiel testigo
De la culpa fatal, ¡fatal castigo!
Desde entonses acá! cuantos trofeos
Y triunfos de nasiones eminentes
Contemplarás en tristes musuleos
Bajo belos luctuosos,
Y en paramos tristosos,
Donde fueron las glorias preeminentes,
Con el bullisio mundanal a ralla
Qe. en soledad perpetua todo calla.
De Egito, Babilonia, Trolla, y Tiro,
Las soberbias piramides en vano
misero busco; pr. doquiera miro
Columnas misteriosas
En ruinas lastimosas
Donde grabó del tiempo la alta mano
Sublime orror; y al recorrer la historia
Emblemas mudos de la humana gloria
Así en belada noche silensiosa
Efímero consuelo de almas tristes
Osé pensar ante tu faz donósa:
Y en mis meditasiones,
¿Cuantas rebelasiones
Desde tu inmensa cumbre me ofresites?
Tiempo fugaz, eternidad sombria
Desde do nase asta do muere dia.
Solo tu beldad siempre inmutable
Sobre el basto trastorno de Ias cosas
Ostenta el mismo ser, mas armirable
En la noche querida
Qe. el sol cuya esendida
Llama fecunda ardiente y calurósa
Leer nos priva en su estructura eselsa
Del supremo asedor la alta grandeza
¿Quien osado una vez alzó sus ojos
Pa. armirarle en su esplendente via
Qe. no pagó sin vista sus arrojos?
Mas ¡Ay! cual si te mira
Dulsura no respira?...
Pues tu encanto belleza y ufanía
Modelos son de admirasion bastante:
Ellos serán mi objeto en adelante.

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