Cuando la queja verde de tus hojas secas,
Aumenten la algarabía de mi pecho,
Y el espacio tempestuoso evoque
El gorjear de un pájaro que vuela.
Yo surcaré con mis ojos
Los cauces de tus entrañas,
Resonará la voz delirante de tu tronco
y evocaré tu fresca sombra
en el ferviente ardor de un sol ardiente,
Ya no habrá un aire tan claro
y tal vez ningún agua menguará mi sed.