Mi Biblia
Mi Biblia descansa callada en la mesita.
Nos miramos con respeto,
apenas nos hablamos.
Algunas de sus páginas me aterran,
otras no las entiendo
y son pocas las que me llegan al alma
y me conmueven.
¿Son palabras de hombres
que apuntan hacia Dios
con dedo tembloroso y confundido
o Palabra de Dios que los hombres,
cerrados a lo santo,
han filtrado y traicionado?
¿Abarcamos los hombres lo divino?
¿Nos cabe Dios en la cabeza?
¿Podemos acaso encerrarlo en un libro,
en un templo o en un rito?
¿Podemos hacer de Él
un muñeco de guiñol
que se mueva a nuestro antojo?
¿O de verdad lo palpamos a tientas,
con temblorosa mano de ciego,
a través de lo visible,
y lo anhelamos
y lo amamos en el hombre?
No quiero comulgar con ruedas de molino
ni pagarle a los que viven a su costa
y tan siquiera lo presienten ni lo aman.
Dales, Señor, su paga a quienes te utilizan.
Dinero es lo que quieren.
Déjanos a nosotros la luz que no se apaga
vagando pobres
por los caminos polvorientos de la vida.
Libro: Mi cama es una balsa a la deriva
Autor: Juan Julio Alfaya Fernández
Registrado en el Registro de la Propiedad
Intelectual de la Xunta de Galicia.
