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La canción que no canta

Una mecedora sola, agitada por el viento,
Podría ser el habla oscura de la abuela muerta,
De la abuela que se niega a no regir la casa.
Un grito de halcón en la madrugada, quizá sea la voz
De una noche más eterna.
El golpeteo del abejorro contra la ventana,
¿De qué sitio del aire trae
El correo de los seres secretos?
Y si el viento viene por hondonadas dando voces:
Abran la puerta, abran la puerta que estoy llegando,
¿Y si la luz de un enjambre de polillas
Parece emisaria de seres que desde ayer nacen
        póstumos,
Qué humilde, qué inaudible Odisea se nos narra?
Hay caminos tatuados de pasos.
Podrían conducir al bosque donde Caín y Abel
Se bañan de sombras, ciudadanos del musgo.
Al fondo del mundo,
La voz que no tiene voz es la que canta.
El remero negro que no existe, el remero negro
Antaño muerto, dejó signos tallados en su remo.
¿Tal el motivo para que un trozo de madera
 
Haga música con sólo tocar las aguas
Un copo de nieve que pende en una estaca
Podría ser el blanco de los blancos
Al que aspiran los lanceros y sus lanzas,
Lenguaje sin lengua, voz sin habla,
Un ingobernable corazón palpita en la sombra.
Preferido o celebrado por...
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