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El POLÉMICO BESO DE RUBIALES A LA MUNDIALISTA, HERMOSO

El POLÉMICO BESO DE RUBIALES A LA MUNDIALISTA, HERMOSO
No sé qué le pasa al mundo, donde un beso causa tanto escándalo feminista y misógino que termina victimizando a las mujeres más que sitiarlas en su real dimensión de género. Los más puritanos han visto en el beso de Rubiales, la esencia del machismo y la cooptación de una esclava que, sin embargo, en los vestuarios frente a las otras mundialistas, dice que no le ha gustado para nada el gesto del beso.

Ella y Rubiales no han tenido tiempo para digerir toda la sopa de amargura que las feministas han ensayado luego del beso. Jenni Hermoso, le ha quitado lastre al gesto y lo ha tomado en su real dimensión, una espontaneidad que al igual que un eructo o como cualquier otra voluntad biológica en este caso espiritual, Rubiales no la pudo contener.

Estas espontaneidades no son fáciles de asimilar ni de ponerles un paro porque se dan y uno siquiera sabe porque se dan. Tampoco uno tiene un manual de vida en que sabe si alguna de estas regalías del destino le van a facturar en contra. Ocurren y a veces como ahora crean un Tsunami, que amenaza con arrasar todo a su paso.

¿Qué hay que sancionarlo? Por un beso, que la aludida ha dicho que no es para tanto. No ha sido un mordisco, no ha sido un beso de macho, no ha sido un beso para delimitar la territorialidad del sexo ni de un avance amoroso. Ha sido un beso de agradecimiento a la gloria de haber llevado a España, a la máxima conquista de un mundial.

Pero no, somos tan dados al alboroto mediático que nos estamos ahogando en un piquito de menos de dos segundos como si Rubiales, se hubiera tragado en el beso la identidad de Hermoso. Dejemos de ser tan fatalistas y pueriles que el mundo esta tan falto de besos, que este es como una gota de agua en el desierto. Ojalá hubiera más besos y no puñaladas para las Hermoso y las más de 1200 mujeres víctimas de feminicidios.

Miremos el beso como algo natural propio de los humanos que hemos olvidado y hay que rescatar. Hoy besamos menos y apuñalamos más. Hoy aborrecemos más los labios de una mujer y procuramos más los labios ladinos de los del mismo sexo ¿Creen que estuvieran hablando tanto del beso si en vez de Rubiales, el beso hubiera sido con una de ellas o bien que Leticia, la reina se lo hubiera dado? Seguro le hubieran restado importancia al gesto y a la par de algunos comentarios de los más extremistas el tema no hubiera pasado de una anécdota de premiación.

Si tanto ha ofendido el beso a las feministas que quemen al beso, que lo proscriban, que lo asesinen, que lo dejen helado en alguna estación de las más frías que existen. Hermoso para decantar a toda la pléyade de mal humoradas y aquellas que el beso, jamás las va a visitar debería invitar a Rubiales y darle un beso de desagravio por tanta ironía y tontería que se ha forjado tras bambalinas por un beso, que no es robado, que ha sido bien plantado y que lo único que quería expresar es todo el júbilo y gozo de un triunfo inédito para las mujeres mundialista. ¡Que viva el beso!

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