Leandro Fernández de Moratín

Cayó a silbidos mi filomena

Epigrama.
Irrevocable destino de un autor silbado

Cayó a silbidos mi Filomena.
—Solemne tunda llevaste ayer.
—Cuando se imprima verán que es buena.
—¿Y qué cristiano la ha de leer?
¿Disfrutate esta lectura? ¡invítanos a un café!.
Tu ayuda nos permite existir.
Otras obras de Leandro Fernández de Moratín...



Arriba