Espíritu:
materia que se borra.
Espíritu:
materia
que se crea.
Constante materia
creándose y negándose.
Inconstante materia
sabiéndose constante.
(Quien le negó a la piedra
su aliento espiritual,
quien ordenó los mundos
que encontró
ya ordenados,
echó la piedra al mar
y –sordo– no escuchaba
su más triste sollozo...).
Soy.
Estoy.
Vengo.
Voy.
¿No me ves?
Soy
la piedra que va al fondo.
Desciendo.
Mi sino: el otro extremo.
¿No me ves? Soy
la piedra que va al fondo.
La piedra
cae al río, cae
desde el espacio abierto;
cae la piedra,
se hunde con su espíritu;
juntos caen.
Cae la piedra
y el viento la desvía.
Cae la piedra
y el agua la resiste.
Cae la piedra
y el fondo la confunde.
Cae la piedra hasta el fondo que la forma.
Cae la piedra en la forma en que fondea.
La piedra funda el río y lo desborda,
la piedra funda al río y lo sostiene:
(piedra filosofal eres tú mismo).
Espíritu en la piedra.
Se burla del absurdo continente,
traspasa las barreras, los dominios,
sobrenada la nada y la supera...
Así lo señalaron los designios,
así lo demandó la Ubicuidad.