Yo, que no tuve nada... un hombre solo,
el mineral que abona los caminos,
arrebol trastornado, sementado:
escribo.
Yo, que no tuve nada... ¡Oh alabastro!
¡Oh, equidad rompiendo! ¡Oh los destinos!
¡Oh, las manos vacías y el corazón y el ánimo!
¡Oh, abrigo!
Lo absoluto se alza. Lo imposible
se despliega.
La riqueza ya toma cuerpo y alma
y al burdo se le niegan...
Yo, que no tuve nada, hoy tengo una
piedra para orinarme cuando quiera.