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EL FANTASMA MIGUELITO

El fantasma Miguelito
ya no tiene quien le tema
cuando baja,
                           cuando sube,
cuando mueve la escalera.
 
En las noches del castillo
no hay gemidos ni hay espantos;
antes, duermen placenteros
sin que quieran molestarlos.
 
Miguelito decidió
compartir, hacer amigos;
entre opciones, prefirió
ser amado a ser temido,
ser hermano del hermano,
ser amigo del amigo,
listo, presto a compartir
suelo, cielo, sueño, trigo.
 
¿Habré visto lo no visto,
en la densa oscuridad?
¡Una mano de humo tenue
estrechaba a las demás!
 
El fantasma Miguelito
ya no quiere que le teman
cuando baja,
                           cuando sube,
cuando mueve la escalera.
 
Llega el día viernes 13.
Nadie luce amedrentado.
Duques, condes y marqueses
se entretienen a los dados,
los guardianes del palacio
toman siesta en el trabajo
y en los cuartos de los niños
Miguelito está jugando...

Del libro El tiempo niño

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