A Aída Bonelly
El tiempo niño
La imagen ecuestre se transforma. Cantas, sirena azul. Esa sirena azul, un rancho, un hue… avidez auscultando lo laxo de las…
Soy un hombre maldito. Yo debía orientarme en sentido de tu huella… Señor, seguirla fiel, errar con el… y tras ella después plantar la mía… ¡Tanto pequé! Reí, mientras se ab…
Los siete sellos los siete espíritus de Dios en forma de siete lámparas los siete ángeles /sus siete trompetas respectivas
Leopoldo Minaya:—Mis palabras van a estar caracterizadas por la sencillez y por la humildad, sin pretender que los conceptos encerrados en ellas sean absolutos o necesiten imponerse a n...
Donde estoy no se oye nada, no se palpa nada que no sea hermoso. En los objetos, y en sus formas
Actúo y me reprendo, peco y viene el arrepentimiento a la conciencia… el juez que soy yo mismo da senten… que o castiga o advierte o reconvi… Y al par, en la defensa, me declar…
Señor, no me reprendas en tu cóler… no me censures en tu furia; favoréceme, en cambio, que estoy d… heme aquí confundido, mi alma aver… Hasta cuándo, mi Dios, pregunto y…
El suicida se alegra del vacío. —Ya cayó (lo dice el ojo del transeúnte). —Tú, ¿quién eres tú? ¿de dónde vienes?
—Ya nunca blandiré palabras ni emo… Me iré a dormir muy lejos del jard… Transformaré mis armas: las fundir… me haré yo la medalla para grabar… ¿Por qué me anduve siempre fijando…
En las dos largas filas de escolar… solemnes, al pie de la bandera, tú la primera, yo el primero. No supo nadie, ni maestro ni alumno aprovechado,
Mi hermano y yo bajo las voces temblequeantes, ten… de las abuelas, anduvimos ciudades y países sin no… invadimos palacios, robamos
—El reloj gobierna las cosas, este… El reloj detiene la puerta, los de… El reloj entierra lo que su esfera choca. ¡Helo! Cuatro cuadrantes...
Me salvé por tus pechos del destie… y para la multitud fui recobrado. ¿Quién me arrojaba témpanos de hie… Si algo queda, queda lo ignorado.
¿Adónde fueron, jardines, quién lo… Quien los hizo caer en la impresen… desdibujó las líneas con brutal desamor. ¡Sentirnos otros haría esta vez ta…
Álvar Fáñez Minaya tú eres. Álvar Fáñez, el Cid Campeador ruega que partas desde Valencia a por doña Elvira, a por doña Sol… Los caballos te esperan enfrente,