(Versos de infancia)
No te hablo como hijo, ni como siervo, ni como nada de lo que otros han s… Te hablo como el que cayó en tu Silencio
Anteayer —hora undécima— al abrir los ojos vi cómo engordaba la gota.
Usamos el marfil del intelecto para hollar la frontera en que exi… trajinar que lo hacemos..., que lo… cuando fuimos en pos de lo perfect… De nada nos sirvió el ángulo recto…
La mañana volvía entre penumbras y rostros, bajo el dulce asomar de… el tiempo no marchaba, puesto que… ritmaba el aleteo urdiente de su c… La niña removió el cerrojo del ins…
EL NÚMERO El secreto del número –el través de todo lo mortal o aparecido– ha sumado ha restado ha dividido desoyendo las leyes de Moisés
Yo, que no tuve nada... un hombre… el mineral que abona los caminos, arrebol trastornado, sementado: escribo. Yo, que no tuve nada... ¡Oh alaba…
Sobre la tarde cayéndose, sobre la noche naciéndose, de pie, sobre una colina, hay un hombre. Rostro duro y cuasi cuadrado,
De niño solía ponerme a horcajadas sobre las rodillas de mi padre; y empezaba a cabalgar... Mi padre, al ritmo de la cabalgata, con voz medio hablada/medio cantada, repetía: «¡Frank M...
Soy un hombre maldito. Yo debía orientarme en sentido de tu huella… Señor, seguirla fiel, errar con el… y tras ella después plantar la mía… ¡Tanto pequé! Reí, mientras se ab…
—Cierta vez un caballero llamado Nun Cacabar sacó un perro del tintero, un perro que supo hablar y dijo:
Historia del niño René Rosales y de la flauta encantada es una obra singular dentro de la poesía infantojuvenil hispanoamericana. Concebida como poema narrativo dividido en si...
A ti, pastor herido, te llaman dul… Ha vuelto. No hay espera. ¡Qué di… Por hallarse en ti mismo se anula… y rueda la campana que tañeron tus… —Mas, ¿qué podía yo, soñador, si n…
Espíritu: materia que se borra. Espíritu: materia que se crea.
—Cantores fuimos, y tuvimos un corazón... Cantores fuimos. También a nosotros nos tocó vivir,
Ese pacto final entre las luces y el ojo, el órgano impaciente, raíz del ver (¡el mundo, multitude… ¿de qué vale? Al fin nunca podemos