(Versos de infancia)
La Divinidad nos constituye y nos excede. Somos divinidad por defecto y en defecto. Somos, sí; pero somos meros fragmentos de la divinidad expandida; por tanto, por razón e intuición...
Dase tu cabalgata desde el hombre… y el Sur y el hombre caben en tu c… Hablas y que tu voz resuena como proverbi… Se dio por puesto en foja de escri…
A mis súplicas fervientes presta o… y al suave musitar de mis plegaria… Escucha mis suspiros, mi clamor, y… ¡oh Rey mío y Señor mío, oh Dios!
Un corderillo solo y herido entre los bosques... Un corderillo solo (podrá crecer la hierba), la voz adolorida que clama entre s…
Lo vieron recoger papeles viejos y estamparles su firma, con un tra… claramente impreciso, tosco el bra… que perdiera, de antaño, los refle… Aleve trabazón de los espejos,
—Soy el cocodrilo Lilo, de Damasco. Si me muerden, muerdo; si me rascan, rasco. «Al faisán del parque
Luego de haber publicado años atrás un libro desafiante y subversivo (en el mejor sentido de la palabra), Lourdes Batista nos presenta en esta ocasión otro de igual cariz pero de may...
Mi hermano y yo bajo las voces temblequeantes, ten… de las abuelas, anduvimos ciudades y países sin no… invadimos palacios, robamos
En ti (por mi bien) me he refugiad… los impíos doblan el arco, preparan sus flechas, apuntan a mi corazón. Si están ya socavados los principi…
¿A quién le importará? Tanta materia se desgrana en redor del universo.… ¿A quién le importará, vasto infin… la piedra echada al mar en nuestro…
Filosofan tres “amigos” en: “¿Dónde está la razón?”, y se sientan frente a frente el perro, el gato, el ratón... “La razón...” –principia el perro,
¿En qué tiempo futuro, cerca o lej… volveré a pisar bajo el sol estos… Es así. No dudo. El hombre en las épocas ha sido uno, un círculo;
Probablemente encarne La rosa interior, del poeta Fray Pablo de Jesús, el más hermoso poemario que pudiera desprenderse del fogaje místico contemporáneo. El libro—breve, como corresp...
¿Quién desafía al guerrero invenci… colocado a la puerta de una muerte… Los amantes. Ellos paralizan estancias. Bajo penumbra se eternizan secreto…
—¿Y si despierto? ¿Y si me inundo de grácil brillantez —de ruidosa mudez— en la redonda noche?