Si hoy tuviera el día
alguna espera rota
y te adelantaras al paso de la ocasión,
como digo,
vería así una pausa en mi soledad, no sería
el gnomo que del viento
labrará los zarcillos.
A oscuras quedo siempre
ante lo opuesto,
y el mito
del regresar
espumas
y dispersión se vuelve...
¡Y siempre queda el día
sin un girar abrupto!
¡Entero queda el día
sin que la espera rompa!