Vestido de Novia
Vestido de Novia
Blanca tela como nieve,
sueño antiguo que se eleva,
un sendero de promesas
que en el viento susurrea.
Flores trenzan su cabello,
pétalos que el cielo envía,
un temblor en sus pestañas,
risa tímida y sombría.
Pasos lentos sobre alfombra,
miradas que dibujan versos,
un anillo que promete
abrazar inviernos y veranos.
El padre observa en silencio,
recuerda manos pequeñas,
ahora adultas, ahora fuertes,
pero aún frágiles como estrellas.
Lágrimas guarda en sus ojos,
orgullo mezclado con dolor,
mientras su niña camina
hacia un nuevo amanecer de amor.
Pero hay sombras en el espejo,
secretos que el vestido oculta:
alguien más, con alma rota,
que en otro sueño se sepulta.
Sus alas rotas por el viento,
miradas que no comprenden,
un corazón que late fuerte
bajo encajes que no entienden.
¿Quién narrará su historia?
¿Quién abrazará su lucha?
El vestido no es armadura
si el alma vive en penumbra.
La luna llora en silencio,
las rosas mueren al pasar,
y en la fiesta nadie advierte
al que supo, sin brillar, amar.
El “sí” resuena en el altar,
campanas rompen el cristal,
mientras dos caminos giran
bajo el mismo cielo inmortal.
Uno viste de esperanza,
otro de dudas y temor,
pero el amor, en su laberinto,
no entiende de traje ni color.
Quedan risas en fotogramas,
copas que olvidarán el vino,
y un suspiro que se esconde
en el pliegue de un destino.
La noche guarda sus secretos,
el alba limpia el ayer,
y en el pecho de los valientes
solo el tiempo sabe vencer.
—Luis Barreda/LAB
