Cargando...

Elogio a tus caderas

A ti que me lees....

Existen las noches normales, les siguen en las que exploramos lo más recóndito de nuestras mentes como viajeros, y sobre estas dos, en las que me hago dueño de tus caderas.

Octubre nocturna, huele a viernes, fiesta secreta, música de fiesta, sonrisitas.

El espacio se alumbra mientras que se oscurece, es una paradoja pensar que en la oscuridad sacamos más nuestro fuego interior cuando nos sentimos menos observados, más personales.

Tu amiga dice que ponga “dream girl” de Ir Sais, y en un acto natural deseo parar el tiempo y danzar suave con tu cuerpo.

Tus Movimientos rítmicos se sincronizan con los míos, y me hago dueño (o más bien tu) del momento.

Mis manos como viajeras comienzan por tu cabello, paso por tu espalda como quien toca un violín de la sinfónica de Viena, solo que tu estas hecha de fuego y en mi mente deseo que no pase el tiempo

Se llena la oscura sala de deseo, el montón de personas que estaban al rededor se vuelven invisibles y ya no las veo, y me entrego en el baile a ti, conexión de cuerpos, sensualidad y frenesí.

La travesía de mis manos siguen su camino, sin dejar de movernos llego al arte de tu rostro, detallo tus mejillas con prudencia poca y con mis pulgares siento las esquinas de tu boca. Ya para este momento hago contacto visual con tus verdes ojos, te miro fijamente y acerco mi rostro poco a poco, se tocan las narices y dejo de pensar en tantos matices, con deseo profundo de besar tu boca recuerdo perfectamente que es una idea loca, qué tienes a alguien que te espera, sin embargo el delicioso momento sigue.

Una, dos, tres, cuatro, no recuerdo cuántas canciones bailamos, pero no sé olvida nunca cuando alguien baila como los dioses.

Es cierto cuando dicen que la danza expresa lo que las palabras no logran, y la conexión que sentí aquella noche no necesita explicación, pero el privilegio de rendirme a tus caderas y a tu fuego, pocas veces es posible desde luego.

Y estamos aquí

Noche de viernes

Amigos secretos

Hamburguesas y cervezas

Y de postre tus caderas.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Luis Felipe ...



Top