Chargement...

La última vez que sentí a mi hija

Yo abrazaba a Ana, y Ana me preguntaba por qué yo la abrazaba y se me salían las lágrimas.
Agnieska Hernández

La primera vez que sentí a mi hija ella lloraba, olía a sangre, se sentía pequeña, distante.

Fue más duro el tiempo que su nacimiento. Esos 18 años se fueron tan pronto. Fueron tantos matices, tantos logros. Fue tanta hambre, tanto no, no se puede, o si, pero– mami, no hace falta.

El estanque se le hizo pequeño, a ella, a todos nosotros, a esta generación acostumbrada a resistir. Y el ahogo y la mierda enlatada repartida por igual me hizo dejarla ir.

El último mes fue una ola, una administración masiva de distancia, de salidas tarde, de teatro, de balizas, de tantos estate en casa que se quedaron en– es que después los voy a extrañar.

La última vez que toqué a mi hija le sentí la cara mojada, el pecho tembloroso, el abrazo fuerte. Me recordó a mí, cuando en su tiempo, mi lugar se quedó detrás de la ventana trasera del coche.

Hoy me llamó, esta es la segunda vez en el día que la veo detrás de una pantalla. Por ahora ha sido siempre detrás de una pantalla. Está linda, y ha cogido unas libritas, no está feliz, todavía no. Se queja porque se siente grande y porque me extraña. Ya quiero tocarla otra vez, solo 20 semanas más.

Yo no soy madre, casi que ni pienso serlo pero, desde lo que significa sentirme hija creé este poema. Quizás mi madre siente lo mismo.

Préféré par...
Autres oeuvres par Mariam Muñoz...



Top