He vencido
más el triunfo no me llena de emoción
está herido
tu obstinado y soberbio corazón.
No me complace verte desvalido
ni me deleita tenerte a mis pies
después de tanto ansiar aquél cariño
se derrumbó el deseo y el querer.
Con tu derrota
he perdido interés en retenerte
y no disfruto la dicha que me invade.
(los dos sufrimos
los golpes y arrebatos del destino)
No comprendo porque esta angustia mía
si te tengo al fin unido a mi
y lloro, me lamento, estoy vacía
aunque a mi lado sé que eres feliz.
Aquél día, ¿Lo recuerdas? Fue en diciembre
cuando frente a tu amante me dijiste
“No te amo, no me atraes, ya he perdido
el interés de amanecer contigo”.
Lloré mucho,
me seguiste, me buscaste y al encontrarme
fue tu castigo el enamorarte
y mi condena tenerte sin amarte.
¿Por qué te hallas atado a mi cariño?
¿Por qué no me abandonas como ayer?
¿Acaso tu humildad es mi castigo
o he derrocado tu necia altivez?
Quizá si he conquistado tu cariño
y un amor que veía tan distante
se esfumó por encanto al conquistarte.