Enamorado y ferviente
fuiste un amante prohibido
de presencia indiferente
eras galante y altivo.
Algo me decía “No”
advirtiendo al corazón
pero mi alma no escuchó
el canto de la razón.
En la inquietante ensenada
bebí en tu palma un querer
por tus aires cautivada
¡Quise envolverme en tu ser...!!
Y así curiosamente te adoré
con entrega... ¡Con ensueño...!!
un cálido amor que hoy es
alborada de mis sueños.
Tú me diste lo mejor
ilusión, dulzura y fuego
pero tal vez el amor
tendió una trampa en su juego.