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31 de Agosto 1976

En la noche
cuando nos encontrábamos
la plenitud de la oscuridad
hacía de nosotros
infinitos corceles enamorados.
 
En la noche éramos eternos
y hundíamos en nuestras carnes
palabras
provenientes de la locura del sol.
 
Moríamos cada vez
como para siempre.
Primero los dos juntos
después nos besábamos
y volvíamos a morir
cada cual en su tiempo.
 
Éramos como las flores
crecíamos en el silencio
de la noche.
 
Tus gritos de amor
atraían sobre nosotros
a los fantasmas de la bruma.
En silencio
volviendo a vivir
éramos millones.
Otras obras de Miguel Oscar Menassa...



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