Mucho más que el avaro
#Peruanos
¿Dónde estás, dueño querido, que mi amor no puede hallarte? ¿Dónde estás que no respondes al que se afana en buscarte?... Presente en mi pensamiento,
Pobre soy, nada tengo, miserable es mi vida; pero a pesar de todo paso tranquilos días. Apolo que protege
¡Hado fatal!... ¿Qué importa que yo me ausente, y en soledades me esconda con triste afán, si las penas y martirios
Era feliz en el tiempo que, ignorando del amor el poderío, pensaba jamás rendirme, ni dejarme seducir
Aunque en mares borrascosos de dudas y sobresaltos batalle el alma, no dejaré de adorarte, pues que tu imagen le vuelve
¡Adiós, mi dulce dueño! ¡Adiós! Ya que la suerte de tus hermosos ojos separarme pretende, porque en su saña injusta me aborr…
Muero de amor, y deseo que mi muerte se dilate por gozar de la agonía los prolongados instantes. De mi dolor el remedio
Ingrato dueño mío en cuyo pecho esconden el océano, sus iras; su dureza, los montes; oye mis quejas, oye mis voces.
A la espléndida mesa de Jove poderoso asistieron un día los inmortales todos; y al paso que, entre brindis
¡Qué mal has correspondido a mi pasión amorosa, bella homicida! ¡Y qué mal tienes pagado mi cariño, mi ternura,
Yo desprecié una hermosura que ardía por mí en amores, y de otra que no me quiere solicito los favores. Celoso estoy y ofendido,
¿Porqué, pues, ya no elogias el poder de mis armas, ni mis bellas conquistas, en dulce metro, cantas?... —Me preguntó, curioso,
Del silencio imperturbable la lobreguez pavorosa y el negro manto, rodearán en todo tiempo la existencia de un viviente
Desgraciados ojos míos que mirasteis sin recelo la hermosura donde Amor estaba, cruel, encubierto; justo es que, mísero, pagues