Chasquidos
por Mirel Martínez
Despierto a las cuatro,
no paro de pensar
si decirte adiós debo
o por deber debo esperar.
Hasta tener un lugar
en tu vida, sin que me pierda,
porque dices que es una mierda
y yo me esfuerzo por ser parte de ella.
Dices que hay mucho por sanar
¡Sana!
¡Pregúntate si ya sano me querrás!
¡Tal vez al final no haya nada para dar!
Ojalá chasquear los dedos
me diera alguna respuesta
y resolviera la apuesta
de que
al cabo seremos abuelos.
¿Qué debo hacer?
¿Dar media vuelta?
¿Continuar una vida sin ti?
¿Esperar a construir una juntos?
Aunque ya no hablemos
sigues presente como una esperanza.
Te abrazo en mi mente.
Te beso en mi imaginación.
Quédate un ratito más
y digamos que es posible arreglar esto.
Extraño tus mensajes,
pero me recuerdo que no era feliz
y las lágrimas brotan otra vez.
Sigues en mi corazón.
Ojalá chasquear los dedos
me diera alguna respuesta
y resolviera la apuesta
de que
al cabo seremos abuelos.
Estoy confundida
y no sé si seguir
o mejor me voy.
Aunque digas que sí
¿Querré yo continuar?
Escribo un poema,
que me ayude a pensar.
Chasquearé mis dedos,
uno, dos:
aquí estarás.
Chasquearé otra vez,
tres, cuatro:
una respuesta tendrás.
Chasquearé, por último,
cinco, seis,
y mi decisión tendré.
Abril 2023
La canción me acompañó en este proceso de escritura.
Un poema que retrata la confusión, la indecisión, las dudas y hasta los temores de dejar una relación en la que claramente ya no se está en paz.
Pintura de encabezado: “Desapego” (Separation) de Edvard Munch (1896), Noruega.
