Acantilado
por Mirel Martínez
Las despedidas no son mis predilectas, pero trato de verles el lado benéfico: permiten cerrar y avanzar a lo que sigue, aunque ignores qué viene después.
Considero que romantizo los adioses, porque los imagino con una puesta de sol y una banca ubicada en un acantilado, como escenario.
En esa postal nos imagino a ambos. Ahí estamos sentados tú y yo, no cerca, no lejos; mirando y admirando la belleza del día que acaba y abre paso a la noche.
Volteo para mirarte sabiendo que al entrar la noche todo habrá terminado entre nosotros. Nuestras últimas palabras de consuelo nos aguardan. No me gusta llegar a estos momentos, pero es inevitable, así lo pienso, porque creo en la dualidad: todo lo que sube, baja; lo que inicia, termina.
Tal vez falta saber qué decir o posiblemente no necesitamos decir mucho. Quizá debamos quedarnos en silencio. Ojalá supiera por dónde empezar lo que está por terminar.
Hay una canción que reza “nunca me dejes ir” y son justamente estos momentos los que me niego a dejar atrás. Creo y recreo a voluntad de hacerlo mejor en cada ocasión, para decir lo que olvidé mencionarte, para recalcar lo mucho que te quise, para atenuar el dolor y tal vez dejar un recuerdo menos doloroso al despedirnos. Por eso nunca los dejo ir.
Rememoro nuestra triste y amarga historia. Te observo, extiendo mi mano y te invito a bailar nuestra última pieza a la luz de la luna. Tú nunca aprendiste a bailar y yo nunca dejé de hacerlo.
Miro esos ojos avellana. Siento tu cálido tacto con mis manos. Respiro tu embriagador perfume. Escucho tus peticiones finales. Saboreo nuestro último beso.
Mi verdad nunca estará completa porque faltará la tuya. Ya no nos culparé, nos amaré en el recuerdo y guardaré un respeto a la memoria de quienes fuimos.
Siempre te quise con sinceridad. Te agradezco. Beso tu mano y sé que ha llegado el momento de partir. Me regalas una sonrisa. Das media vuelta y te vas.
Septiembre 2023
"Acantilado” pertenece a “Los adioses” (2024). Retrata la postal del adiós de una pareja, como una fantasía mas que como una realidad.
Dio cierre a un capítulo de mi vida el cual agradezco y aprecio mucho.
¡Gracias por su lectura!
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