Caricamento in corso...

Miles y yo

Quisiste ser como el pájaro negro de Charlie Parker,
aliviar tus cicatrices soplando con la brisa de tu alma.
Huir de Illinois para emprender un viaje sin retorno,
para crear el sonido que ahora acaricia mis entrañas.
 
No sé cómo lo hiciste Miles, pero es imposible negarlo,
organizaste a tantos músicos desdichados que eran magos.
Lograste crear un lenguaje de empatía siendo poco empático,
y eso poco importa, juntaste a Evans y a Coltrane junto a Picasso.
 
Miles, siempre haces que tenga insomnio y deje hojas en blanco,
aunque acompañes mis palabras, no puedo escribir junto a tu canto.
Tu trompeta reluciente de fragancias y de encantos,
conquistó los callejones de un París que admiraba tu legado.
 
Que sepas que tu lucha no fue en vano, ser modal hoy es ser alado,
cambiaste el rumbo de las notas, de los músicos frustrados.
Apadrinaste a delirantes como Jaco y Herbie Hancock,
con Zawinul y Corea pintaste lienzos en un mundo apartado,
te alejaste poco a poco y te marginaste en tu palacio.
 
Ahora mismo Miles te estoy escuchando y es imposible negarlo,
eres un brujo de la belleza y poeta necio sin querer aparentarlo.
 
El vinilo sigue intacto con sus surcos ya cansados,
es tarde en esta mesa y este vino es nuestro aliado.
Me voy durmiendo lentamente, querido Miles Davis,
perdona ser  tan desconsiderado, igual sigo bajo tu hechizo,
en el Birland te estoy viendo, esperar, tu turno a mi lado.
Altre opere di Pablo Sciuto...



Top