No me gustaría dedicarte poemas, ni siquiera unas pocas líneas, ni canciones o dibujos, ni frases de amor ni de odio. Es más, ni siquiera quiero
Cuando me di cuenta era tarde: me había enamorado de un idiota que al final optó por abandonarme.
Llueve a cántaros pero no puedo escampar ni usar un paraguas para el aguacero de mi corazón.
Y es que ninguna obra de arte se compara con tus ojos, así como ningún asesino se compara a ti. Estoy muerta
A veces, en las noches, tengo sed, como muchos de los mortales. A veces, en la madrugada, tengo frío, como miles
Podría embriagarme sólo con tus besos, tatuarme en la piel tus cualidades, robarme sutilmente
Te vi en otro mundo, bajo otro cielo, entre otros brazos; nos separaban kilómetros de casas
Me quedé esperándote no sé cuántas noches, mientras tu reías pasando las lunas. Te esperé sentada
Si supiera lo que sientes o supiera lo que escribes, si conociera quien es aquella por quien tú vives podría escuchar canciones
Está mi silencio colapsado por gritos que los recuerdos emiten a medianoche. A veces me despierta
Ahora no vive solo deja que pasen los días, que el dolor la consuma —porque no puede detenerlo—. Cada día se muere
Digo que sigues haciendo parte de… creen los demás que sigo enamorada sin embargo, olvidan que tener pesadillas también es soñar.
Y que aun cuando no puedas ver nad… puedas verme a mí, quieras verme, y yo te ayude a poder ver las cosas como no las has visto.
Porque cuando no te busco Te encuentro Y cuando no pretendo encontrarte Te veo. Porque jugar a las escondidas
Di que me amas como se aman los sueños y dilo sin miedo. Di que me sueñas como se sueñan los amores