Cargando...

Hiere la tuya

Para el sol, que me hace creer, y a ratos me quita la ilusión.

Me he dado cuenta hace tan solo unas horas, que las personas después de haber sido lastimadas, lastiman...
no se trata de venganzas, mucho menos de karma, es sólo el miedo inconsciente de entregarse al amor de nuevo, la inseguridad de mostrarse sensible ante la otra persona, sólo el saberse uno con el otro, les aterra...
No hay hombres con malas intenciones, tampoco malas mujeres, quizá sólo sean desamores detrás. Pero hay casos, en el que alguien herido, se encuentra con un roto, y entonces anhela sanar, rompe todo tabú y se entrega esperando lo mismo de la otra parte, olvidando cuanto duele, sólo con el afán de coser al roto y de sanar al herido. Ignorando que cada herida cicatriza a destiempo...
es ahí cuando el lastimado lástima... Y ocupa su herida para herir, su temor hace temer y su inseguridad crea más inseguridad.
Es un juego de roles, te toca, tocas y tocan... ¿Pero entonces?...
que absurdo, que irónico es el “amor”, quieres al podrido que te pudre, podrido pudres al que te quiere, y todos acabamos podridos, muertos y podridos, círculo visioso.
¿Por qué elegir el mismo contexto? Si bien podríamos salir de esta sórdida realidad anhelando todos sanar.
Si tenemos la jodida mentalidad, que al mostrar insensibilidad nadie nos podrá lastimar –jodido engaño–.
Me tocó ser la podrida, la herida, la rota, la lastimada por un podrido, herido, roto, lastimado... Que aún yo anhelo sanar, amar.  
¿Te pusiste a pensar “que” si te hubieras entregado a mi querer? O sólo te visualizabas herido como ayer?.
¿Te pusiste a pensar “que” si los dos queríamos, los dos sanábamos y salíamos de lo banal, de lo rutinario? Entonces no más sangre, entonces, entonces...

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Pawlina Shalin...



Top